Nos
despedimos de Bangkok y de la cuadrilla para ir rumbo: Koh Lanta.
Después de esperar todo el día en la estación ,
cogimos el autobús a eso de las 6 de la tarde, para llegar a Krabi a las 6 de la mañana ( para los de la logse,
van 12 horas), en la estación de dicha ciudad cogimos un minibús que nos llevó
a koh Lanta. Una vez en mitad de la isla nos dedicamos a buscar alojamiento.
Matizo bien este punto: un calor que derretiría todo el hielo de ambos polos,
todos los alojamientos llenos, y todo carísimo. Pues Buda nos envió una señal a
la hora de dar vueltas bajo el sol (
más vale tarde que nunca) y encontramos una guest house “muy
barata”, la pena que estaba llena, pero la mujer amablemente nos ofreció su
casa a muy buen precio, así que para allí que fuimos. Al día siguiente cogimos
los macutos y nos fuimos desde la casa de la mujer, hasta la Guest house ( que
resultó seguir llena), así que nos fuimos a buscar un bungalow cerca de la
playa.En el mismo alojamiento alquilamos una motillo ( alojamiento por 400 bat y moto 200) y nos fuimos a explorar la isla, así que dimos con unas playas de lujo.
Los días
pasaban y nosotros queríamos continuar, después de unos días increíbles en esta
isla que nos dejó con imágenes y con aventuras dignas de recordar.